Fin de año

(Se recomienda la lectura del post con la canción de Vetusta Morla “Año Nuevo”)

Se acaba el 2014.

Con él se va todo un año de nuevos aprendizajes, un año más de experiencia que nos ayuda a realizar mejor nuestra tarea y a ser mejores personas.

Un año dónde se han ido residentes, pero nos queda el recuerdo de su trato y las enseñanzas de toda una vida.

Y ante nosotros aparece un horizonte nuevo. Doce meses apasionantes para poder aprender otra vez de nuevos errores y conseguir mejorar día a día, paso a paso.

Siguiendo la tradición de pedir cosas buenas al nuevo año, pediré doce deseos, uno por mes y por cada letra de nuestra profesión, emulando al gran fisioterapeuta Rabel Donat, @rdonat, en una entrada de su blog personal.

Doce deseos o más bien, doce ítems a tener en cuenta para este 2015, y en definitiva para siempre.

Ahí van mis deseos!! Espero compartir alguno con vostor@s

 

manos

F de formación: hay que seguir formándose en el campo de la geriatría para conocer más y mejor a nuestros residentes. Dar lo mejor de nosotros mismos

I de imaginación: sobre la base del conocimiento, hace falta tener imaginación para poder motivar y activar a nuestros residentes, con los pocos recursos que normalmente tenemos los que trabajamos en la residencia privada.

S de solidez: sólidos ante lo que no nos gusta y queremos cambiar. Solidez en nuestro saber y nuestra forma de ser, para poder cambiar la rutina.

I de intrepidez: Hace falta ser intrépido para luchar por aquello que creemos, y seguir proponiendo ideas nuevas, nuevas formas de actuar, de coordinar equipos, de trabajar, de atender. Hay que ser valiente.

O de ocupación: Este es el deseo más intenso. Que no nos falte trabajo, y más en el campo de la gente mayor, dónde tenemos un papel tan y tan importante.

T de tesón: Tesón para no bajar los brazos, para seguir creyendo en lo que hacemos y cómo lo hacemos. Tesón para que el desengaño, la rutina, los golpes bajos de la vida, no hagan cambiar nuestra forma de ser y de hacer.

E de ejemplo: tenemos que ser ejemplo. Para nuestros compañeros, para los otros profesionales de las residencias, para las familias y los residentes, tenemos que ser el ejemplo a seguir. No se puede predicar sin ejercer.

R de recuerdo: Recordar nuestros errores para aprender de ellos. Recordar nuestros éxitos para seguir avanzando.

A de actividad: Actividad física por doquier a nuestros residentes. En la capacidad en que puedan llevarla a cabo, que tengan actividad. El movimiento es vida.

P de presencia: presencia en los equipote trabajo, presencia en las decisiones de equipo, presencia en las direcciones de gestión. Hace falta que noten nuestra presencia.

I de ilusión: Trabajar en geriatría es sinónimo de trabajar con ilusión. Sea en las condiciones que sea, hace falta estar con ilusión. Así se piensa mejor.

A de amistad: Que no falte nunca la amistad. Fuera o dentro del trabajo, que no falte la amistad y el compañerismo. Como decía el poeta “lo importante no es llegar sólo y el primero, sino juntos y a tiempo”.

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De parte de Olga, Mari Angeles, Joaquin i un servidor, os deseamos un feliz 2015!
fin de año

Y caen las hojas

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Pasa el tiempo. Las estaciones se suceden, una tras otra. Impecables, certeras, exactas. Y llega el otoño y caen las hojas de los árboles. Sin remedio, es así.

Pocas cosas hay más seguras que el hecho de caer las hojas de los árboles en el otoño. El invierno se acerca, y la caída de las hojas nos lo afirma. El frío se nota más en el ambiente, y el día se acorta.

¿Pero esto que es?!!!! ¿una entrada hablando de fisioterapia o el monólogo de un friki fan de Game of Thrones?

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¿La verdad? No sé que deciros. Una cosa es cierta, por muy fan que sea de la serie, no os voy a hablar de ella. Más bien os hablaré de lo que entiendo por fisioterapia poniendo un ejemplo en relación a la caída de las hojas.

Todos los que trabajáis en residencias sabéis que toca decorar las paredes y las salas comunes para las fiestas señaladas: Navidad, fin de año, la llegada de la primavera o, como es el caso, la gran fiesta del otoño…¿Cómo? ¿que? ¿Hallowen?…Por favor!! La castañada!! Panallets, moniatos, castañas calientes, castañeras delante el fuego ( el cambio climático se las está cargando) y claro está, hojas caídas de los árboles.

Pues bien, des del equipo de fisioterapia decidimos echar una mano en la decoración proporcionando el material básico: las hojas.

¿Y cómo lo hicimos? Os invito a leer la entrada que hay en el BLOG de mi residencia explicando el momento.

Creo que con las imágenes os haréis una idea de como fue la sesión.

La verdad es que pudimos poner en práctica todo aquello que trabajamos en las sesiones de actividad física. Y lo mejor de todo, es que los usuarios se dieron cuenta de cuantas cosas podían hacer todavía, y de lo importante que era asistir al grupo, aparte de ver la utilidad de los ejercicios que hacemos.

En un espacio cerrado como la sala del gimnasio, en el mejor de los casos, no proporciona demasiada realidad cotidiana: el suelo no esta inclinado, no hay viento, ni se nota el frio o el calor de la calle, el ruido de coches, y tampoco hay demasiados elementos para motivar o hacer más real los movimientos.

gimnasio

Por ello, salir al exterior fue la comprobación de que la actividad que hacemos en la sala nos ayuda, nos es significativa si la ponemos en práctica en el exterior, nos trae recuerdos de antaño, nos hace sentirnos vivos. Que placer tan grande sentirse vivo.

Y todo ello, entre risas, confesiones, charlas, y abrazos.

Y sí, creo que la actividad que hicimos fue pura fisioterapia.

Invierno

Aunque el invierno se acerque, repetiremos.

Luchando contra la monotonía

(Disertación a raíz de pensar en la mitología griega)

La monotonía. Una de las definiciones de la RAE de monotonía es la “falta de variedad en cualquier cosa”.

Caballo Troya

La monotonía, a mi entender, es el gran caballo de Troya en una residencia. No suele haber mucha variedad en el día a día: las mismas actividades a las mismas horas, las mismas personas, mismas conversaciones, misma decoración en la habitación…Y eso des de la posible perspectiva del residente. Pero ¿al profesional le pasa igual?

A menudo, en conversaciones con compañeros, o hasta conmigo mismo, suelo escuchar que nuestro trabajo en una residencia se vuelve monótono: mismas actividades, a las mismas horas, con las mismas personas, reuniones que se tratan los mismos temas, conversaciones sobre las mismas cosas…que monotonía!

Ciertamente nuestro trabajo suele volverse monótono. El simple hecho de que a menudo no tienes un compañero de profesión provoca que la imaginación de cada uno llegue a un límite. Proponer cosas, así como nuevos enfoques o el hecho de probar cosas diferentes y que no sean aceptadas, nos produce una sensación de frustración que nos lleva a la sensación de monotonía y nos acerca peligrosamente a la sensación de burnout.

sisifo

Creo que una parte importante de nuestra frustración y burnout en nuestro trabajo se produce por la monotonía. La sensación de estar viviendo un tipo de castigo de la mitología griega, como el de Sísifo en dónde el castigo se repite día a día, nos produce una sensación de vacío y de agotamiento que nos hace plantear muchas de nuestras actividades, opiniones y valores.

 

¿Y sólo depende del profesional? Mi opinión es que no, no depende sólo de él. Para mi depende mucho más de las instituciones, de como éstas enfocan el cuidado de sus residentes y trabajadores, como favorecen o no el hecho de innovar, de procurar una estancia en el centro significativa para la persona, el usuario (eje principal de todo) pero también para el profesional, para todo aquel que trabaje en el centro.

La Atención Centrada en la Persona (ACP) nos puede ayudar a poder romper esa monotonía, puede ayudar al centro a hacer que la estancia de sus usuarios tenga significado para cada uno de ellos, tenga un valor que se tenga que mantener vivo como la luz de una vela, preservando su tenue luz como única. Luz de una vela

 

Y no sólo hacia el usuario, sino también hacia el profesional. Se habla mucho de la ACP enfocándola sólo hacia el usuario, pero también sirve, y mucho, hacia el profesional. El enfoque de la ACP provoca que el profesional se replantee muchas cosas, no sólo de sus tratamientos sino también de sus valores.

Este replanteamiento global de las instituciones, de los profesionales, de los usuarios, de las familias, que comporta la aplicación de la ACP convierte la monotonía existente en algo efímero. Nos lleva, estoy convencido, a una aventura diaria y sin descanso en busca del bien comunitario en una residencia. Nos lleva, sin freno, a un trabajo conjunto que no tiene fin y que provoca que cada día sea un día diferente, nuevo, y porque no, apasionante. ¿os imagináis poder sentir alguna cosa así? ¿Sentir pasión y ver la pasión en los demás?

Quizás sea como la Odisea de Ulises hacia Itaca, pero sólo de decirlo ya me parece apasionante, ¿a vosotros no?

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No puedo evitarlo…No puedo acabar esta entrada sin la canción de Lluis Llach, Viaje a Itaca…espero que os guste

 

 

 

¿Qué puedo hacer?

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Calma, tranquilos, no pasa nada…No, no empezaré recordando la letra de la canción de Los Planetas, seguro que la habéis cantado miles de veces, en la madrugada y con alguna cerveza en el cuerpo.

La pregunta hace referencia a la duda más general y repetida que se encuentra el fisioterapeuta con personas mayores: y ahora ¿qué puedo hacer? En la mayoría de las situaciones solemos encontrar la solución y la pregunta es más bien retórica, pero ¿nos pasa lo mismo cuando tenemos delante personas con deterioro cognitivo? ¿Sabemos cómo afrontar la situación? ¿Sabemos lo que podemos hacer?

A menudo, la pregunta viene acompañada de una huida: “No puedo hacer nada” “no me sigue” “no sigue órdenes”“Total, no entiende nada, no sabe hacer nada, no le funciona nada”.

Des de hace mucho tiempo, el deterioro cognitivo se ha relacionado sólo con la alteración de las capacidades cognitivas, y por tanto, sólo se trataba desde la estimulación cognitiva. Pero salta a la vista, al menos por los que llevamos tiempo en el ámbito, que cuando hay alteraciones cognitivas, tiene que haber alteraciones motrices. La misma CIF marca el camino hablando de funcionalidad y discapacidad, alejándonos del mero diagnóstico clínico, para ir más allá y poder restablecer la función, o hacer más fácil aquella función pérdida o afectada.

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A veces, y creo que demasiado a menudo, con las personas afectadas por algún tipo de deterioro cognitivo permitimos que los síntomas del deterioro nos tape la visión global. Nos quedamos con la superficie de la afectación y no vamos a la raíz ¿hay algo físico que no le permita hacer la función? ¿Podemos facilitar de alguna manera esa función?

Quizás requiera algún tipo de ayuda técnica, o ayuda de un tercero, o quizás no lo logremos, pero nunca debemos de dejar de intentarlo sólo por que el deterioro cognitivo no nos deje ver a la persona.

¿Tenemos en cuenta que el movimiento, la actividad física, crea neurogénesis? ¿Estamos convencidos de ello? Si continuamos sin abordar el deterioro cognitivo y no estamos convencidos que nuestra profesión también sirve para detener el avance o progresión del deterioro, tenemos los días contados en las residencias.

Os pongo un ejemplo de un estudio financiado por el Col·legi de Fisioterapeutes de Catalunya, os dejo los links del abstract y de la revista del Col·legi, donde se demostró la diferencia de afectación motriz entre las personas afectadas por un deterioro cognitivo provocado por la enfermedad de Alzheimer, a la afectación motriz de las personas afectadas por deterioros cognitivos de origen vascular. Todas estas personas eran en fases iniciales. Y ya nos indica que el movimiento y la cognición van de la mano, y por tanto la funcionalidad.

Si tomamos esta evidencia, nos podríamos plantear las siguientes preguntas: si deterioros cognitivos de origen diferente provocan diferentes alteraciones motrices, ¿dichas alteraciones pueden ser de ayuda para el diagnóstico del deterioro? ¿Se pueden tratar de forma diferenciada? ¿Cuál será la mejor forma para tratar a cada una?

Cómo veis, lo que podemos hacer es inmenso, un camino largo pero todavía oculto por los miedos y el respeto que nos produce la demencia, pero está ahí.

Sólo es cuestión de andarlo.       hombre-caminando

 

 

Dejarse Llevar

“Dejarse llevar, suena demasiado bien. camí

Jugar al azar, nunca saber dónde empezar o terminar”

 

Para los melómanos seguidores de nuestro blog, seguro que sabéis a qué grupo y canción pertenecen estas letras. Para los que no, deciros que se trata del estribillo de la canción “Copenhage” del grupo Vetusta Morla*.

Seguro que os estáis preguntando a que viene este comentario. Yo también me lo preguntaría, de hecho, me lo estoy preguntando. Gabriel, ¿a qué viene empezar una entrada así? Cómo casi todo en la vida tiene su explicación: El pasado viernes estuve en unas jornadas en Salt, una localidad de la provincia de Girona, organizadas por la sección de Girona del Colegio de Psicólogos de Catalunya. Y escuchando la mejor ponencia de la jornada, al menos para mí, me vino a la cabeza esta canción y no pude sacármela de la cabeza.

¿Por qué? Pues por la gran demostración y explicación de la psicóloga, doctora y catedrática emérita de la Universidad Autónoma de Madrid, Sra. Rocío Fernández-Ballesteros, respecto a la importancia de envejecer de forma activa y no dejarse llevar por los estereotipos, prejuicios, leyendas y cuentos chinos alrededor de la vejez.

Activitat saludable

La Dra. Fernández-Ballesteros hizo un gran despliegue de razones para desmontar los mitos de la vejez. Siempre con estudios científicos en la mano, nos dijo una de las frases del día: “la forma de envejecer se debe a la genética de la persona en un 25%, y el 75% restante al entorno, entendiendo el entorno de la forma más global posible”. ¿Qué nos quería decir la Dra.? Pues que la forma de envejecer es modulable, podemos incidir en ella, debido a que el 75% de la forma de envejecer es extrínseca a la persona, y por tanto, se puede actuar, incidir, evitar que se deje llevar.

Nos recordó que las personas cuanto más joven son, más se parecen entre sí, y que cuando se envejece nos volvemos más diversos entre nosotros, punto crucial para entender que se debe actuar de forma muy personalizada con la gente mayor, pues no siguen patrones muy homogéneos. ¿Os suena de algo? Mis compañeros de blog ya lo han ido comentando en sus diferentes entradas.

Cómo no, la Dra. Fernández-Ballesteros habló de la prevención, de la importancia de hacer muchas cosas a cualquier edad para prevenir la discapacidad. Habló de la lucha constante para evitar relacionar vejez con incompetencia. Hay que acabar con el estigma que la gente mayor no es capaz, pues esa forma de pensar y actuar nos lleva hacia los paternalismos, tan nocivos para las personas mayores. Y al mismo tiempo evitar la frase “yo ya no…” evitar que cada uno, sea a la edad que sea, se deje llevar por el pensamiento que ya no es capaz de alguna cosa. Quizás no se llegará tan lejos, pero siempre se puede ir hacia allí.

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Y finalmente soltó la gran clave para un envejecimiento activo: O lo usas o se atrofia”. Gran verdad. Y nosotros somos los que mejor sabemos de la importancia del movimiento. Y la Dra. dijo una cosa más: “está demostrado que la actividad física provoca neurogenesis”.

Y esta última frase ya forma parte de mis frases preferidas. Y pensaré mucho en ella cada vez que este delante de una persona mayor, con deterioro cognitivo y me deje llevar por el pensamiento de que no es capaz; la recordaré cada vez que me deje llevar por el pensamiento que por la edad que tiene ya no se puede hacer nada.

A veces, la gran lucha es no dejarse llevar por la corriente.

 

*Os dejo el enlace de la canción, por si no la conocéis, vale la pena https://www.youtube.com/watch?v=4G3ooaZxthY

 

La Geriatría no mola

no mola

¿Cuántas veces he escuchado esta afirmación que la geriatría no mola? Unas cuantas, y a veces pienso que demasiadas.

Lo he escuchado en boca de fisioterapeutas, de estudiantes de fisioterapia, de médicos, enfermeros, hasta lo he escuchado en boca de pacientes en centros privados. Y normalmente ponen la misma cara de desdén, de aburrimiento, hasta algunos de asco: “¿te dedicas a la geriatría?” ”Bufff que aburrimiento”, “si siempre es lo mismo”, “son como niños”, “¿y no quieres cambiar?”, “se paga muy poco”, “total, tanto trabajo si al final se van a morir”, “si no te entienden, que han perdido la cabeza”.

Un sinfín de frases como estas, acompañadas de las caras y comunicación verbal reforzando la incredulidad que dediques tu saber y tu vocación a tratar a personas mayores, las recibimos en cada jornada de fisioterapia, curso, encuentro informal o en conversaciones generales.

gollum

Es así, la fisioterapia en geriatría no mola porque no aparecen nuevas técnicas para tratar a la gente mayor; no mola porque el deterioro cognitivo, que a veces tienen las personas que tratamos, altera cualquier protocolo de actuación y hay que utilizar la imaginación; no mola porque tratamos personas y no pacientes; no mola porque el convenio laboral es de risa, sobre todo en las residencias privadas; no mola porque se recupera poca gente y mantienes a mucha; no mola porque no está reconocida por casi nadie.

 

¿Y si no mola, porque te dedicas?…pues no lo sé…quizás por vocación, quizás porque me encanta, porque es lo que sé hacer.

El convenio laboral no ayuda, al contrario, desanima y mucho. Hace falta mucha constancia para cada día enfrentarte a unas caras que hace años que ves pero que no recuerdan tu nombre. No encontrar mucha formación, o casi nada, referente a la fisioterapia en geriatría y su realidad hace mella en la autoestima. La soledad en que el fisioterapeuta en geriatría trabaja, hace que se vuelva un ermitaño y no sepa o quiera compartir su conocimiento o adquirir nuevos saberes.

Pero esto que acabo de decir, no esta tan lejos de lo que pueden pensar otros compañeros que se dedican a otros ámbitos de la fisioterapia. Al final, todos tenemos esta sensación de no ser reconocidos ni conocidos por otros compañeros. Un poco de empatía entre el colectivo no estaría mal.

Quizás para la mayoría no mole trabajar en geriatría, y el que se dedique nunca se hará rico de verdad pero, no sé por qué, no puedo pensar en hacer otra cosa.

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La unidad desconocida

credit dimensio desconeguda

(click aquí para dar ambiente)

En cada residencia de gran ocupación suele pasar. Hay un lugar desconocido para los residentes y usuarios más autónomos o preservados cognitivamente. Un lugar, que según cuenta la leyenda, una vez que se entra, no se vuelve a salir.

puerta entreabierta

Suele estar situado en los pisos superiores de las residencias. Hay que entrar con un código, o llamando al timbre, o con una tarjeta especial. A veces, si este lugar ocupa la mitad del piso superior, los residentes que viven en la otra mitad oyen gritos, alguien agitando puertas…Los residentes no saben cómo ese lugar, pero tienen muy claro que no quieren ir. No lo conocen, pero no les gusta el lugar , como tampoco les gusta los residentes que anteriormente echaban la partida de dominó, pero que perdieron la cabeza, hacían cosas raras y por eso tenían que ir a ese lugar…a la unidad desconocida…la unidad de psicogeriatría.

Ya tendremos tiempo de hablar de la Unidad de psicogeriatría, pero en el caso que no lo hayáis hecho todavía, por favor, mirar la película Arrugas y entenderéis parte de lo que os he explicado.

Pero ¿por qué os hablo de la unidad desconocida? Pues nada más y nada menos porque la semana pasada, en mi residencia, encontramos una forma de romper tabús y normalizar a la dichosa unidad desconocida para los residentes. ¿Y sabéis cómo?…venga…alguien que levante la mano…un valiente…A ver, sí, tú, el largo de la barba…BINGO!!! Sí señor..con la Terapia asistida con animales (TAA), concretamente con dos perros increíbles que hacen que el martes sea un día mágico para muchos de nuestros residentes.

Para los que no sepáis que es la terapia asistida, os dejo dos enlaces con entradas en blogs que hice en su día, como en el blog Enfoque biopsicosocial en Fisioterapia (imprescindible seguir y leer todo lo que publican) y en Kwido.

dog-doctor-chihuahua

Pues bien, cómo los martes hacemos dos horas de TAA, una primera hora con residentes cognitivamente preservados, y en la segunda vamos a la unidad de psicogeriatría, se nos ocurrió que los residentes del primer grupo, con la excusa de llevar de paseo a los perros, los dirigiéramos a la unidad desconocida, para ver qué pasaba.

Temíamos que una vez se abriera la puerta, los residentes dijeran que hasta aquí llegaban, pero no, nos volvieron a sorprender, y entraron con los perros y empezaron a saludar a todo el mundo que estaba presente, acercando a los perros a los residentes que no se podían mover. Fue increíble.

Creemos que hemos encontrado una forma natural, tranquila, voluntaria y aceptada de dar a conocer cómo es la unidad de psicogeriatría a los demás residentes, y así desmitificar, eliminar leyendas negras y convivir de forma más natural con personas afectadas de deterioro cognitivo.

Vamos a ver cómo avanza, pero ha sido un primer paso, humano y perruno, muy importante.

Para conocer más el mundo de la TAA y su evidencia científica, os dejo unos enlaces:

http://www.curecan.net/41401.html

https://ca-es.facebook.com/pages/Curecan/265251803552860

http://www.fundacion-affinity.org/

http://www.scas.org.uk/

http://enfoquebiopsicosocial.blogspot.com.es/2012/07/terapia-asistida-con-animales-taa.html

http://kwido.com/en/un-coterapeuta-especial-el-perro-en-la-terapia-asistida-con-animales/

Nos vamos de excursión

 

(Música de excursión

Para ser conductor de primera,
De segunda, de tercera
Para ser conductor de primera
Hace falta tener buen humor

Acelere, señor, acelere
Acelere, acelere,
Acelere, señor, acelere,
Acelere señor conductor.)

 bus white

¡¡¡Siiií, chicos y chicas!! ¡¡¡Hoy nos vamos de excursión!!!

Jejejejejeje…esa misma cara puse yo el día que en la primera residencia que trabajé, me dijeron que tenía que salir de excursión con los residentes a Montserrat .

Montserrat

Para quien no sea de Catalunya, Montserrat es una montaña del centro, donde hay un monasterio muy bonito donde está la “Moreneta”, una virgen negra a la que el pueblo catalán le tiene mucha fe (hasta un conseller de un partido de izquierdas le rogó que lloviera el año que hubo una sequia muy importante en Catalunya). Pues bien, a Montserrat hay que ir cada año…las tradiciones en geriatría son sagradas.

Mi primera reacción fue negarme: ¿Por qué tengo que ir? Eso no lo contempla mi contrato laboral, ni tampoco es fisioterapia; A mí no me enseñaron nada de eso en la universidad.

Ciertamente, no me enseñaron nada de eso, ni tampoco está en el contrato, pero ¿no es fisioterapia? Ahora, eso no lo tengo tan claro.

Evidentemente fui a la excursión, ¡¡¡y al principio lo pasé fatal!!. Yo era el referente para las sillas de ruedas, para los desplazamientos, con o sin caminador, para los cambios posturales…Fue entonces que me di cuenta de la importancia de la fisioterapia, sea en el centro residencial,  sea en casa, o sea de excursión.

Fue el momento idóneo para recordar a los usuarios el porqué es importante que vinieran a mis sesiones grupales, o porqué en las sesiones individuales hacíamos mucho movimiento activo y poco masaje.

Fue el momento perfecto para hacer a los familiares que nos acompañaban el porqué era necesario que sus familiares vinieran a las sesiones de fisioterapia, o la necesidad de cambiar el caminador de 4 patas por uno con dos ruedas, o la importancia de tener dos ruedas grandes en la silla de ruedas, para salir por la calle.

Y fue el momento idóneo de recordar a las compañeras gerocultoras el porqué de hacer los cambios como les había explicado días anteriores, como acompañar durante la marcha tal y como lo habíamos enseñado, o lo necesario que era que los usuarios fueran el máximo tiempo autónomos.

mochilas

Fue de excursión, cuando vi la aplicación directa de la fisioterapia en gente mayor…por eso os animo a que salgáis de excursión, para aplicar a fisioterapia allá dónde vayáis!

La importancia del tacto

Caricia

Nosotros, como fisioterapeutas, sabemos la importancia del tacto. Tenemos claro lo que llegamos a trasmitir mediante el tacto, el roce, la caricia… ¿Por qué lo sabemos, no?

En el proceso de comunicación con las personas con deterioro cognitivo, tenemos que buscar las máximas estrategias posibles para poder llegar a comunicarnos, debido a la afectación de la comunicación verbal que suele acompañar a estas personas, sobre todo  partir de estadios medios.

La comunicación no verbal, pues, se hace clave para poder comunicarse y llegarse a entender con la persona que tenemos delante, y el fisioterapeuta cuenta con la gran ventaja de poder tocar. Nuestra profesión nos permite, (y el pijama blanco), acceder a la parte más íntima de las personas: su piel. Nuestra titulación nos permite poder acceder a tocar, a palpar, a rozar…pero, ¿tenemos en cuenta que significa? ¿Sabemos de la responsabilidad que eso conlleva?

Tacto perdido

No todo al mundo le gusta que le toquen, es una sensación muy íntima y que no todo el mundo siente por igual.

Por tanto, es muy importante tener en cuenta a quien tenemos delante. Eso no puede significar mayor problema cuando la persona a la que vamos a tratar se comunica verbalmente, y tiene preservada la comprensión, ya que podemos avisar de nuestra intervención, por tanto la persona sabe y entiende que es lo que vamos a hacer y el porqué. En cambio, ¿qué sucede con personas afectadas de deterioro cognitivo? A menudo, parece que no entienden que vamos a hacer, reaccionan adversamente a nuestro contacto, y más si lo hacemos de forma brusca o nerviosa.

Personalmente, no hay cosa que me ponga más nervioso o tenso que la persona que tengo delante no me entienda, que no comprenda que es lo que voy a hacer y con qué fin. Pues bien, aquí aparece la famosa EMPATIA y su aún más famosa compañera PACIENCIA. Saber observar a la persona que tenemos delante, acercarnos de forma agradable, sin prisa, con una sonrisa en la cara y con suavidad a la hora de hablarle. Todas esas herramientas de comunicación no verbal seguro que nos facilitará el camino a la hora de empezar a tocar.

Manos juntas

Un camino largo de recorrer, con muchos recovecos, no siempre llevando la misma dirección, cambiante según el día y el momento, pero un camino existente al fin y al cabo, si utilizamos la famosa pareja, empatía y paciencia, y lo trasmitimos con nuestras manos; Ellas también han de ser empáticas y pacientes, también han de ser simpáticas, dulces, firmes, con capacidad de seducción, amables, tranquilas, sosegadas, convencidas, que generen movimiento y complicidad. Hemos de evitar a toda costa unas manos que trasmitan dureza, nervios, ansiedad, pues lo que lograremos será el efecto contrario: rechazo, agresividad, huida, negación.

Nuestras manos son nuestra voz cuando la palabra se hace incomprensible; nuestro semblante, nuestra posición corporal, nuestro movimiento, es el tono y la modulación al mensaje que damos con nuestras manos.

Sé que muchos diréis que eso no es exclusivo de la geriatría, bien cierto. Pero es en la geriatría dónde más lo tenemos que tener en cuenta debido no sólo a los posibles deterioros o enfermedades que las personas que vamos a tratar puedan presentar, sino por su historia de vida que pueden tener, la educación que han podido recibir, que frecuentemente en las edades que tienen nuestros usuarios, el contacto físico fue vetado, donde la desnudez era tabú, y la higiene era una cosa muy, muy íntima.

No hay que olvidar que el tacto es el último de los sentidos que se pierde, hasta en el momento final se conserva…imaginaos pues qué importancia tiene el tacto y que responsabilidad recae en nuestras manos, nunca mejor dicho.

Tenemos que expresar quienes somos con el tacto de nuestras manos, para que las personas confíen en nosotros. Es la clave para un buen tratamiento.

Ah!!, por cierto, de parte de los 4 locos autores de este blog, os deseamos a todos FELICES FIESTAS!!

feliz Navidad

¿Qué hago yo aquí?

Angoixa i por

Hace poco tuve la gran suerte que el Colegio de Fisioterapeutas de Madrid me invitará a las II jornadas de Fisioterapia en geriatría y gerontolgia, organizadas por su comisión de geriatría y gerontología, en la que aparte de ser tratado con suma exquisitez por parte de Julio Labella, presidente de la comisión, como por parte de Carlos Valiente y Jose Santos, Decano y Secretario General respectivamente del Colegio, vi una jornada de gran nivel. Y encima, acompañado de los fisios tuiteros Manuel (@fisiobell) y Patri (@MiniPatriFisio). No se puede pedir más!!

En ella se hablaron de diferentes temas del mundo de la geriatría, ya sea en el ámbito hospitalario como en el residencial, pasando de la rodilla al hombro, de l’EPOC a nociones de alimentación saludable, así como un resumen del trabajo de la comisión de geriatría del Colegio.

Pero me quiero centrar en la ponencia que hizo el psicólogo Manuel Nevado, que para mí fue la mejor. En ella nos hablaba de los trastornos de la conducta de las personas mayores, y sean por afectación de una demencia cómo por afectación psiquiátrica.

escoltar

Nos dio toda una seria de claves para entender a las personas afectas de demencia o trastornos, basándose en la importancia de conocer la historia de vida de cada residente, para que conozcamos mejor cuáles son sus reacciones y motivos que las llevan a hacer determinadas conductas.

Hubo una frase que me caló muy dentro, y cito textualmente “A veces, el problema no lo tiene el residente, lo tiene la organización del centro” Bang!!! Qué gran verdad!! ¿Os imagináis teneros que levantar a una hora concreta, quieras o no? ¿Poneros la ropa que os digan, no poder escogerla? ¿Comer si o si a la hora que toca? ¿O iros a dormir sin tener ni pizca de sueño? Eso es lo que ocurre en muchas de nuestras residencias, y a veces no nos damos cuenta de que ese puede ser el origen de los conflictos. Todos tenemos una rutina establecida, y cambiarla de golpe y porrazo no tiene que ser fácil para nadie.

Manuel nos hizo ver como de importante es el momento del ingreso, y la gran desorientación que ello conlleva para la persona. El hecho de no saber cómo será el centro a dónde vas, con quien vas a compartir el espacio del día a día, quien te va a ayudar en las actividades de la vida diaria, son preguntas lógicas que todos nos haríamos al ir a un centro residencial. Con los nervios y miedos que ello conlleva.

Ello me llevó a reflexionar sobre cuántas veces mi valoración a las 48h del ingreso cambió al volver a valorar a la misma persona una semana después: mejor atención a las preguntas, mejor respuesta, mayor funcionalidad, etc.

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Para poder hacer una buena atención, hace falta prestar atención a la persona. No todos somos iguales.

Os dejo otra frase memorable “ no hay que poner la tirita sin saber dónde está la herida”, no actuar sin saber por qué ni de dónde viene ese trastorno conductual.